Tuve claro que quería ser profesora desde que era pequeña.
Todo empezó cuando ayudaba a mi hermano a hacer los deberes. Me encantaba enseñarle matemáticas, ayudarle a sumar y restar, mostrarle cómo usar la calculadora…
Su satisfacción al aprender me hacía tan feliz que fue ahí cuando decidí que cuando fuese mayor quería ser profesora.