El pasado 7 de diciembre hicimos un taller de caligrafía japonesa 書道 (SHODO), uno de las artes tradicionales de Japón. Cada alumno escribió su nombre con un pincel y tinta, materiales fundamentales de la caligrafía. Aunque parecía una tarea sencilla, en realidad fue todo un reto. Desde la cantidad exacta de tinta en el pincel hasta cómo colocar los brazos a la hora de escribir. Fue toda una hazaña. Mientras los alumnos practicaban, estuvieron muy concentrados y reinaba un silencio sorprendente en el aula. Con la música de harpa japonesa de fondo, el aroma a tinta, se intentó ambientar la sesión y objetivo cumplido porque daba la sensación de que la clase se hubiera trasladado al mismísimo Japón milenario. Tras practicar los trazos básicos, intentaron hacer la obra final. Si bien se dice que la práctica de la caligrafía es durante toda la vida, realmente el alumnado pudo disfrutar de este arte en esta sesión especial. Como supo a poco, en primavera se llevará a cabo otro taller para practicar la escritura de otras letras.
