Stonehenge ¿Obra de ovnis o humanos?
Stonehenge es uno de los lugares más emblemáticos y turísticos de Inglaterra. Este monumento situado al sur del país, que fue construido aproximadamente en el año 3000 A.C., es Patrimonio de la Humanidad. El famoso megalítico, conocido alrededor del mundo, alberga varios misterios, tanto en su construcción como su utilidad.
El traslado de las piedras de grandes dimensiones que componen este lugar hasta su ubicación actual es uno de los mayores misterios de Stonehenge. Sin embargo, un arqueólogo llamado Mike Pitts afirmó recientemente que al menos dos de las principales piedras del crómlech inglés ya estaban allí desde mucho antes de la llegada del ser humano. Otras teorías también apuntan a que la construcción fue obra de extraterrestres.
En cuanto a su utilidad y significado, hay quien sugiere que Stonehenge fue en algún momento un enorme reloj astronómico. Otros ven en este conjunto de rocas circularmente alineadas una pista de aterrizaje para ovnis o un lugar para la celebración de ritos. Aún hoy, en una mezcla de magia y leyenda, los habitantes de la zona le atribuyen al recinto poderes curativos.
Invitado sorpresa
Una madrugada cualquiera del año 1982, el Palacio de Buckingham contó con una visita sorpresa. Un hombre de mediana edad que acababa de perder su empleo, impulsado por el alcoholismo, decidió colarse en el palacio.
El inglés, se especula que de nombre Michael Fagan, consiguió traspasar los muros de este emblemático lugar. No se sabe a ciencia cierta por dónde se coló, pero nada más entrar se puso la bata del rey Felipe de Edimburgo y se sentó en su biblioteca donde se sirvió algún que otro whisky.
No contento con ello, se desplazó hacia los aposentos de la reina, entró en su habitación y las habladurías afirman que se metió en su cama. Isabel II, al darse cuenta de lo que pasaba, intentó contener los nervios para evitar cualquier contratiempo y decidió entablar conversación con la inoportuna visita. El huésped, pasados 10 minutos, le preguntó a la reina si tenía un cigarrillo. Esta aprovechó el momento para salir “a buscar tabaco” y avisar así a los guardias. A todo esto, el rey Felipe, que se encontraba durmiendo la habitación de al lado, no se enteró de nada.
La bruja de Wookey Hole
Durante la edad media, en las cuevas de Wookey Hole vivía una anciana ermitaña con su perro. La mujer era conocida por los habitantes de las localidades de alrededor por su mal genio y su fuerte carácter, tanto que las malas lenguas hablaban de que se trataba de una bruja.
En una época concreta empezaron a suceder una serie de desgracias y los habitantes las atribuyeron a la magia negra de la bruja. Por ello, desesperados por la situación, los habitantes le suplicaron ayuda al abad de Glastonbury, que envió a uno de sus sacerdotes especializado en exorcismos.
El cura entró en la cueva armado únicamente con una biblia y agua bendita. Al ver a la bruja, este le salpicó con el agua bendita, y al instante la bruja se convirtió en una piedra. A día de hoy, la roca sigue en el interior de las cuevas que son visitadas todos los días por decenas de curiosos.
La ciudad encantada
Muchos aseguran que York es la ciudad más encantada de toda Europa. Y es que, si recopilamos todas sus leyendas y mitos, podríamos estar hablando de casi más de 500 fantasmas.
Una de las leyendas más famosas de la ciudad es la de Treasurer’s House. La historia se remonta a 1953, cuando un fontanero estaba realizando unas reparaciones en la bodega de la casa. Mientras trabajaba, experimentó la aparición de una legión de soldados romanos que se fueron atravesando la pared. Después de esta aparición se descubrió que la casa había sido construida en una antigua calzada romana y todo cobró sentido.
Pero no solo Treasurer’s House alberga fantasmas. También hay otros lugares famosos en la ciudad por sus leyendas como la Sala del Tesoro de la Catedral, las mazmorras, o el Teatro Real en el que, según cuentan, se pasea una monja que fue emparedada viva por haberse enamorado.