El salto de la novia
El salto de la novia se encuentra en Navajas. Este lago, además de contar con unas vistas espectaculares y una cascada, alberga una triste leyenda. Hace muchos años en esta población había una tradición, los novios que iban a casarse, antes del día de la ceremonia realizaban una prueba para saber si la unión debía realizarse. La prueba consistía en que la novia tenía que saltar de una orilla a otra, si lo conseguía significaba que el matrimonio sería feliz y se llevaba a cabo la boda, si por el contrario la novia no realizaba el salto con éxito se rompía el enlace.
Una joven pareja no creía en este rito, pero era tal su amor que decidieron hacerlo. El día del salto, el río estaba muy revuelto y a la hora de saltar la novia cayó al río y el novio la siguió para intentar rescatarla. Sin embargo, tiempo después fueron hallados sin vida.
Según cuentan, en las noches de luna llena todavía se escuchan gemidos y sollozos de tristeza de los novios. Además, la cascada simboliza el lamento por la pérdida de la pareja convertido en cola de novia.
La calle de los colores
El street art ha convertido una calle de Valencia, en pleno barrio del Carme, en una de las más fotografiadas. Se trata de la calle Moret apodada como “La calle de los colores” por el arte y los colores que alberga. Esta iniciativa fue propuesta por el fotógrafo Alfonso Calza, y a lo largo de esta calle, cuatro artistas de arte urbano pintaron un mural de más de 60 metros de largo basándose en sus fotografías. En este mural aparecen escenas de diversa temática y la obra culmina con la imagen de un beso bajo el lema “Prohibido no besarse” que está destinado a convertirse en un icono de la ciudad.
La cuesta mágica de Crevillente
Esta cuesta se denomina “cuesta mágica” por la ilusión óptica a la que sucumben los que pasan por ella. Se trata de una pendiente de aproximadamente 30º de inclinación en la que, si pones el coche en punto muerto, da la sensación de estar subiéndola.
La ilusión óptica permite que, a pesar de estar el coche parado, crea un efecto de movimiento que engaña a nuestro cerebro dando una falsa sensación. Sin embargo, esta ilusión óptica no afecta a todos los cerebros por igual y algunas personas cuando paran el coche en la cuesta no perciben nada, simplemente notan que están parados. Solo es cuestión de probar.
El castillo del Papa Luna
El castillo de Peñíscola es conocido por sus leyendas en relación con el Papa Luna. Una de las historias más conocidas es la del anillo del Papa. Según cuentan, cuando el Papa Benedicto XIII quiso huir de su fortaleza tuvo que construir una escalera de piedra que conectase con el mar. Levantar la escalera le supuso al Papa perder su anillo que cayó al fondo del mar. Por lo que encontrar la valiosa joya se convirtió en un reclamo tanto para la gente de la ciudad como para los turistas.
Pero no solo se intentó recuperar el anillo, sino que también estaba en busca el Códice Imperial, un antiguo pergamino escrito por el emperador Constantino que escondía un importante enigma. A día de hoy estos objetos todavía siguen perdidos y forman parte del atractivo turístico de la ciudad.
El convento de San Guillermo
En el pueblo de Castielfabib (Rincón de Ademuz) se encuentra el convento de San Guillermo. Un lugar lleno de historias espirituales. Según la leyenda, en 1912 se empezó a construir una central eléctrica para llevar la luz a Teruel. Para la construcción se emplearon algunas de las piedras del convento y durante las obras murieron dos personas por el derrumbamiento de las piedras. Algunos atribuyeron las muertes a una maldición por haber cogido las piedras de un lugar sagrado. Desde ese momento nadie ha vuelto a tocar ninguna piedra del convento, y varios expertos en fenómenos paranormales han podido realizar psicofonías en el lugar.